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Retrospectiva, artículo del 11 de mayo

   ¡Bendito y maravilloso día! Tengo la necesidad de hacer una síntesis clara y sencilla de lo que está pasando. Vaya por delante -lo atestiguo con mi propia experiencia- que para aquellas personas que tienen el hábito espiritual de referenciarse en su propio centro (llámese Corazón, llámese Templo del Ser, llámese el propio Espíritu Santo o la Santidad del propio Espíritu, llámese Divinidad en mí o como se quiera) y por lo tanto, gracias a ese hábito, se mantienen en comunicación abierta y constante con esa dimensión elevada de un@ mism@, la serenidad y la certeza de que todo está en armonía va creciendo en su interior. Pero no sólo eso, paralelamente a este sentir armonioso, la realidad circunstancial de estas personas se armoniza, el devenir de las circunstancias y relaciones se torna fluido y agradable, se percibe oportunidad de limpieza en todos los tropiezos, cuando estos aparecen.

   Me he ocupado mucho de mi propio despertar a lo largo de toda mi vida, ya nací con la capacidad de percibir más allá de las apariencias, pero esa capacidad se puede expandir y ampliar para llevar la propia percepción a cotas cada vez más elevadas. Esa escalada perceptiva implica en primer término el conocimiento honesto y profundo del propio ser, sin eso no habrá verdadera penetración en lo que sucede fuera del ámbito más inmediato.

   Vengo siendo testigo consciente de que el sistema de control diseñado por la maquiavélica mente de la élite gobernante se ha ido endureciendo y sofisticando a lo largo de los años, algo que algunas personas hemos podido percibir con mucha claridad en muchos ámbitos. Si tuviera que decir a cuándo se remonta en el tiempo, no lo podría precisar, va mucho más atrás de mi propia existencia en esta vida física actual, sé que ha habido puntos de inflexión determinantes que han contribuido a la consolidación e imposición de dicho sistema, como fue, por ejemplo, la creación de la Reserva Federal en EEUU el 23 de diciembre de 1913.

   La élite financiera gobernante persigue con feroz avaricia la posesión global de la riqueza del mundo a cualquier precio; para conseguirlo invierten infinidad de medios y recursos para ajustar y sofisticar los sistemas de control con los que consiguen desinformarnos, sustraernos el poder personal y mantener a la población alienada, atemorizada e ignorante, de esta forma perpetúan la manipulación. Su objetivo es el dominio psíquico del mundo para apoderarse por completo de él, y llegados a un punto, se pelearán entre ellos por ese mismo objetivo con la misma ferocidad con la que desprecian la vida de las personas o a la Madre Naturaleza. Este sistema de control que ha conseguido mantener a una gran mayoría de personas desinformadas, alienadas e inconscientes se ha ido, tal como venía diciendo, endureciendo y sofisticando, lo que significa que en tiempos recientes se ha producido una aceleración de los ritmos y un creciente cortoplacismo de los objetivos.

   La severidad con la que crece su insaciable ansia de control con la que quieren introducirse en la vida de las personas y parasitar sus mentes, responde al miedo que la élite tiene del despertar espiritual de la humanidad. Por encima de todos los paradigmas en los que la humanidad está inmersa, está la Dimensión Espiritual del Ser o Naturaleza Espiritual del Ser, el Amor, constituye la Verdad Nuclear que tanto miedo les produce y que quieren anular a toda costa (misión imposible, dicho sea de paso) o cuanto menos cubrir u opacar con capas y capas de frecuencias distópicas, leyes restrictivas, información distorsionada e infinidad de acciones perversas. Ellos, que por elección no tienen acceso a su propia dimensión espiritual, tiene pavor del creciente potencial de la consciencia humana que, a pesar de toda la represión ejercida, se está desplegando con una fuerza imparable. Por supuesto que no todas las personas están en el mismo punto. Si esta realidad controlada y distópica se impone en apariencia, es, por supuesto, porque hay muchas consciencias resonantes en mayor o menor medida con ella, y estas consciencias polarizadas son las que generan las frecuencias energéticas que la sostienen. En este sentido, si no formamos parte de la solución, formamos parte del problema. En virtud de la cantidad de personas que poblamos el mundo hay una gran diversidad de respuestas a la situación que estamos viviendo, podemos echar una ojeada de algunas de ellas a grandes rasgos: Hay muchas personas sobreadaptadas que no tienen ningún interés en implicarse en nada ni en saber nada; no es que no puedan, es que no quieren. Estas personas tachan de conspiranoicas a las personas que denuncian la manipulación. Lamentablemente, la cruda realidad acaba tarde o temprano por sofocarlas en situaciones insostenibles o por sacudirlas despiadadamente de forma abrupta con todo tipo de desgracias. Hay muchas otras personas que aún no han desarrollado la capacidad psíquica suficiente para percibir nada, ningún problema con eso, están en su propio proceso evolutivo, muchas de esas personas no se dan cuenta de la manipulación y creen que las medidas restrictivas que nos imponen son por nuestro propio bien. Hay otro grupo de personas que se dan cuenta de la manipulación y viven aterrorizadas por lo que está pasando, estas personas viven polarizadas de forma negativa y de esta forma cumplen con el objetivo de control del sistema, se mantienen de espaldas, sin saberlo, a su propio Corazón y a la Fuente de su Propio Amor Redentor. Y luego hay otro grupo de personas, de pequeña proporción cuantitativa en relación a la totalidad, pero potencialmente muy poderoso. Su poder radica en que han despertado o están despertando a su verdadera naturaleza. Estas personas son las que han alcanzado su propia integridad, no ceden su poder a nadie y se mantienen, no sólo conscientes de su dimensión espiritual y de su naturaleza amorosa, sino también referenciadas en ella, lo que les brinda la única protección infalible. En este punto sucede algo maravilloso: las personas que nos autoincluimos en este grupo, podemos mirar y ver el panorama sin tapujos, podemos incluso anticiparnos al devenir de los acontecimientos distópicos, pero ello no consigue polarizarnos. La certeza de la Realidad de nuestra Naturaleza nos permite vivir sin miedo y disfrutar (aunque pueda parecer paradójico) de nuestra vida y de nuestra función en todo este teatro, y desempeñarla, además, con implicación, generosidad y destreza.

   La consciencia humana templada en el Amor abre consciencias. Es un movimiento imparable que eleva la frecuencia de la consciencia colectiva de forma exponencial. Ellos están muy nerviosos, porque la dimensión espiritual del ser está fuera de su alcance; ellos no tienen acceso ni a su propia alma, tal es la elección despiadada y materialista que hicieron de su propia y miserable vida. Sirva una sencilla analogía para explicar que las tinieblas tienen los días contados: una vela prendida o una pequeña bombilla encendida de pocos vatios disipa la oscuridad de una estancia y permite que lo que antes no se veía, ahora se pueda ver. Podemos elegir ser antenas de Amor y faros de Luz, esto está al alcance de la voluntad del ser, pues se trata sólo de hacer acopio de la propia naturaleza. Cada quien que se plantee lo que quiere para sí. Yo elijo cada día, todos los días y a cada momento, de esta forma permito que la Luz de mi Corazón se expanda con mi elección.    

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