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Retrospectiva, artículo del 14 de mayo

   ¡Buenos y regados días! Ayer quise empezar a escribir y otras cosas que llamaron mi atención me desviaron de ese objetivo. Ya no recuerdo la idea que quería transmitir. Hoy siento la necesidad de explicar cómo me estoy moviendo, en relación a todo lo que sucede, y el sentido que yo le doy a mi postura.

   Lo que quiero explicar tiene total relación con la sombra. La sombra es, esencialmente, la causante de la distopía y la enfermedad del mundo, así como a nivel individual, la sombra es la causante de nuestra disfunción personal a todos los niveles. Por sombra entiendo todo aquello enterrado o sumergido en nuestro inconsciente, mucho de lo cual es muy remoto para la consciencia y mucho de lo cual no se quiere ver ni reconocer porque se juzga, cuanto menos, de inapropiado. Parto de la certeza de que soy la creadora de mi realidad, eso vale para tod@s. Sabedora de está verdad, llegué a comprender que, si yo era la creadora de mi realidad, necesitaba conocerme en profundidad para poder armonizar mis creaciones. A día de hoy estoy muy satisfecha con lo que he conseguido, me siento libre y soberana, me siento en paz. Aprendí a aligerar mi carga y a observarme liberada del juicio. Aprendí a sostener emocionalmente e integrar en mi consciencia todo lo que iba descubriendo. Estoy absolutamente certera de que, a pesar de lo doloroso que pueda resultar, no hay liberación posible que no pase por ese proceso honesto y profundo de indagación, acompañado del proceso de integración -aceptación- de lo que se va descubriendo. Esta misma condición que aplica a los asuntos y procesos de la vida individual, aplica a los asuntos y procesos de la colectividad. Vivimos en un mundo distópico desconocido para la mayoría. La mayoría (en cuanto número) lejos de conocer las verdaderas razones que mueven y se mueven en el sistema, aceptan las versiones simplistas, falsas, manipuladas que los medios oficiales de desinformación ofrecen. Esa mayoría no va más allá, no quiere ir más allá. Ver la porquería en toda su magnitud da miedo, a lo sumo cuando nos enfrentamos a una situación de tal podredumbre y magnitud que supera toda ficción. El sistema que rige el mundo está podrido, es absolutamente corrupto y aberrante. Pero lo tenemos que mirar y ver, me parece un requisito imprescindible, si es que aspiramos a la liberación de este yugo, que no es otra cosa que la sombra colectiva. Hemos cedido nuestro control y nuestro poder al sistema, por pura desidia, por pura irresponsabilidad y para recuperar el poder perdido, necesitamos abrir los ojos, abrirlos bien y mirar con honestidad y coraje. Con la sobreadaptación e indolencia, mediante la que hemos delegado nuestras responsabilidades en los gobiernos y mandatarios, nos hemos protegido, pretendidamente, del peso emocional de asumir por cuenta propia nuestra propia realidad. Pero se trata de una protección falsa, en realidad contraproducente. Todos las causas, estados, conductas o emociones no asumidas pasan a agrandar la propia sombra y provocan un acúmulo de energía densa en nuestro interior que tenderá a estallar tarde o temprano y que, sin duda ninguna, son la causa de nuestro sufrimiento. Mirar hacia otro lado, si bien nunca sirvió de nada, ahora en este momento álgido se torna sumamente peligroso, pues nos lo jugamos todo.

   Así que, el paso previo es el de afinar la mirada y mirar. El siguiente punto consiste en aprender a integrar en la consciencia todo lo que vemos y descubrimos. Cuando seamos capaces de mirar abiertamente la pantalla de la realidad y sobreponernos a la disonancia cognitiva que muy posiblemente se producirá, necesitaremos sostener y abrazar la intensidad de las emociones negativas que inevitablemente se producirán: asco, rabia, dolor, tristeza, deseos de venganza, etc. Necesitamos madurar emocionalmente, y para ello es imprescindible asumir y permitirnos sentir las emociones y estados de ánimo que surgen de nuestro interior. Y el tercer punto (aunque podría ser el primero) consiste en resetear nuestro corazón. He tomado prestada esta expresión de alguien, no recuerdo de quien, pero de lo que se trata es de abrir nuestro corazón, hacerlo de forma consciente. El modo Amor Vida, Amor Luz, es el único modo capaz de sacarnos de este inenarrable entuerto en el que nos hemos metido junt@s. Amor para poder mirar sin juzgar, amor para perdonar y perdonarnos (no hablo de amor para consentir). Amor para adquirir firmeza de espíritu y entereza personal. Amor para confiar que la oscuridad no puede con la luz. Amor para abrazar a nuestro prójimo y tolerar las imperfecciones propias y las de l@s otr@s. Amor para sentir, para aproximarnos a l@s demás sin miedo. Amor para sanar. Amor, en definitiva, para que el miedo se disipe. La referencia en el Amor es imprescindible. Es el acicate que nos va a llevar a trascender la realidad enferma y disfuncional en la que vivimos. El Amor otorga e incluye la protección, la única protección real se adquiere cuando nos referenciamos en esa dimensión superior en la que Vive y Palpita nuestra Verdadera Esencia. Sin esa referencia, ver la distopía en toda su magnitud es verdaderamente peligroso, nos volveríamos loc@s.

   Me encuentro muchas personas que rechazan la acción de mirar justificándose en que no quieren perder el tiempo con la teoría de la conspiración, pero, lamentablemente, la conspiración no es una teoría, es un hecho, un hecho que atañe a todas las estructuras de la sociedad. Hay un razonamiento muy simple que justifica la necesidad de afinar la mirada y mirar con apertura y honestidad. Los miembros que constituyen la élite corrupta se mueven en la sombra. Se han apoderado de los bienes materiales del mundo, se han apoderado de la economía y del mercado, se han apoderado de los gobiernos en su gran mayoría, y lo que es peor, se han apoderado de nuestras mentes, se han infiltrado sibilinamente en todas las áreas de la existencia humana y lo dominan todo, incluidas las áreas de la salud y la alimentación. Han podido hacer todo eso, en parte, porque utilizan el soborno y compran a las personas que anteponen el dinero y el poder a la dignidad, pero sobre todo porque la inmensa mayoría de gente que poblamos el mundo no hemos tenido las narices de mirar y ver. Les hemos dejado libre el tablero de juego. Si persistimos en esa postura, ellos seguirán actuando a sus anchas, es de cajón.

   La oportunidad que se presenta ahora es un gran revulsivo. Lo que nos hemos resistido a hacer hasta ahora, que es mirar, verdaderamente mirar, afinar la mirada y ver, empezando por nosotr@s mism@s, lo vamos a tener que hacer ahora de forma urgente. Hay muchas personas, medios y canales en la red que están haciendo denuncias y ofreciendo información muy sensible sobre los múltiples temas que atañen al cabal. Hay que llenarse de coraje y empezar a mirar. Hay que acelerar el proceso de integración de las emociones, sentimientos y estados de ánimo y sostener la gran decepción que se producirá en nuestras mentes cuando empecemos a descubrir la verdad. No nos queda otra, es lo que ahora toca. Quienes no quieran hacerlo, se verán arrastrados por un tsunami de terror, de dolor y desolación. Quienes se llenen de coraje y decidan ir hacia delante, darán grandes pasos hacia su propia soberanía. Estamos dando un gran paso hacia el despertar colectivo, no hay marcha atrás, ya no. Estamos en un momento definitivo, así lo siento. De hecho, por alguna razón aparentemente inexplicable, siempre he sabido que la humanidad se dirigía hacia esta experiencia, siempre sentí que elegí encarnar para prepararme para este momento y para protagonizar el despertar en cooperación con quienes así lo deseen. En este sentido, he sido observada desde pequeña como una persona cuanto menos rara, no fue nada fácil, a causa de mi capacidad perceptiva y de mi disonancia cognitiva fui repudiada por mi familia de origen. Huérfana de afecto, tuve que refugiarme en el aspecto espiritual y hacerme a mí misma. No cambio por nada mi experiencia, ni me cambio por nadie. Me siento libre, me siento en paz, y lo mejor de todo, en todo este proceso, aprendí a amar. Amo a la humanidad, amo mi vida e invoco para mí y para tod@s la Verdad, el Amor y la Luz. Amén.

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