A veces no tenemos palabras para nombrar o describir verdades esenciales, que forman parte de nuestra experiencia vital, sin embargo, y puesto que forman parte de la misma, a golpe de observarnos y observar nuestros estados, se produce una aproximación cognitiva entre aquello observado y la mente observadora, y de repente, se produce la conexión. Se llama revelación, y en la revelación, aquello que antes no tenía una descripción afinada en nuestra mente adquiere absoluta nitidez en la consciencia. Esa revelación que puede llegar a adquirir una gran extensión, surge en torno a una idea o concepto nuclear. Y