SOBERANA Y SEÑORA DE TOROGÓ

   Llegué aquí por designio providencial. Esta tierra es mi territorio, territorio soberano sobre el que se está edificando un proyecto de luz que tengo el honor y el privilegio de liderar. Me presenté ante los seres orgánicos e inorgánicos del lugar, les pedí permiso, les reconocí, les reverencié, les honré; ahora cooperamos en amor y respeto, formamos red. Ciertas fuerzas oscuras, involutivas, a través de ciertos personajes, se quisieron oponer a mi presencia, pero mi presencia no admite oposición. Sí, me causaron perturbación, incluso daño, pero mi proceso de reafirmación siguió adelante y salí reforzada. Ellos persisten aún en sus ataques, pero no saben que cada nuevo ataque les acerca más y más a su derrota definitiva, a la aniquilación del personaje malévolo que ostentan, porque así lo decreto, porque tal es la magnitud de mi protección, porque mi poder crece sin alejarse de la coherencia y el sentido del Amor, a cada momento y por voluntad propia.

   Desconozco el alcance de mi proyecto, pero siento la trascendencia de su gran potencial. Sé que se están tejiendo las redes de las relaciones de cooperación para que esto pueda revestirse del sentido del bien común. La Paz que se siente aquí no se puede expresar y me complace afirmar que esta experiencia va a estar disponible aquí para otros seres.

   Necesito expresar la inmensa gratitud que siento, así como manifestar el gran sentido de responsabilidad que brota de mi interior. Manifiesto así mismo que, si bien como en todo proyecto avanzo mediante el mecanismo de ensayo y error, permanezco abierta, no sólo para afinar más y mejor, sino para ser guiada y custodiada en todo momento por la Divinidad que palpita dentro de mi ser y por las Jerarquías de Luz que me anteceden.

   Permanezco a disposición de lo que el Propósito de Liberación requiera de mí, aquí y ahora y hasta que la Liberación sea completa.