¿Qué es el Agni Yoga?
En este apartado quiero ofrecer una breve presentación de la doctrina del Agni Yoga sin alargarme en exceso en este particular ya que se trata de un tema muy vasto que requiere ser abordado con dedicación y detalle. Por esta razón iremos enriqueciendo gradualmente nuestro espacio web con contenidos específicos para ir perfilando el sentido profundo y la aplicación práctica de esta doctrina. Diré cuatro cosas básicas y lo más esencial para que puedan comprender por qué el Agni Yoga es el punto de anclaje de cualquier proceso de transformación: Agni Yoga es la Doctrina del Corazón, el aprendizaje del Amor. Se le llama también Yoga de Síntesis o Yoga de Fuego. Es el yoga que se centra en el Corazón, enfatiza el aspecto del Amor y se focaliza en la Divinidad Interior o el Aspecto Espiritual del ser, es el yoga de la Creatividad Espiritual. Si bien es una disciplina ancestral que implica y constituye la piedra angular de la experiencia de la iluminación y que como tal se conocía únicamente en reducidos círculos esotéricos y espirituales, el Agni Yoga fue revelado al mundo para su posterior difusión por el Maestro Ascendido El Morya a través de su discípula Helena Roerich, esposa de Nicolás Roerich. Mediante la infusión de la energía recibida a través de la instrucción que nos llegó por este canal -cosa que comenzó a suceder cuando el matrimonio se encontraba en Nueva York sobre el 1920- la evolución de la conciencia humana colectiva se inició en la habilidad de dejar la mente silenciosamente expectante a la vez que se inauguró la apertura potencial del corazón humano a la realidad espiritual del propio ser y de su entorno. Helena canalizó de su Maestro unos 17 volúmenes sobre la temática del Agni Yoga.
Yo descubrí la disciplina del Angi Yoga a través de Vicente Beltrán Anglada, quien fue para mí un Maestro de maestros. No lo conocí físicamente, sino a través de sus conferencias, disponibles en la red, y de sus libros. En un momento determinado de mi trayectoria, V. B. Anglada constituyó para mí una guía certera y el oxígeno que necesitaba. Su manera de expresarse me resultaba afín, familiar, muy precisa, además de poética. Su obra y sus palabras rebosan sabiduría, profundidad, precisión, Amor y poesía, poesía por cuanto que todas las cualidades que intento definir, se conjugan en su obra para expresar la belleza del cumplido propósito de la Comunicación con mayúsculas, aquella que va más allá de las palabras.
La actitud de respuesta activa a la llamada del Amor es el primer movimiento del Agni Yoga.
Deseo destacar aquí dos aspectos principales que constituyen, desde mi punto de vista, los dos pilares fundamentales de cualquier trabajo terapéutico de vanguardia: Uno es que hay ahora una tremenda necesidad de transformación en virtud de la elevada velocidad de los cambios que están produciendo en todos los aspectos de la existencia y el otro es la necesidad ineludible de abrir la conciencia al Amor, a la dimensión espiritual del ser, pues ahora se precisa una perspectiva amorosa, holística y responsable de las cosas, si es que de verdad queremos transformar nuestra realidad. Esta actitud de respuesta a esa necesidad de conciencia espiritual es el primer movimiento de la Doctrina del Agni Yoga. Esto quiere decir que en estos momentos de nuestra evolución individual y colectiva son imprescindibles dos cosas básicas: una es la apertura y el deseo personal de transformación, que solo se puede realizar desde el conocimiento profundo del yo, y la otra es el reconocimiento y la plena activación del aspecto del Amor en todas las áreas de nuestra vida: esto implica el reconocimiento de la llamada de la felicidad y el arte de responder; aunque no lo sepamos distinguir, la llamada espiritual es siempre de armonía, de felicidad y prosperidad, mas con mucha frecuencia no lo interpretamos así. No hay una fuente de todo bien y una fuente de todo mal, sólo hay una fuente de todo bien y cualquier mal o distorsión en nuestras experiencias, es sólo el fruto de nuestra percepción y de nuestra propia resistencia.
Hemos dicho que la actitud de respuesta activa a la llamada del Amor es el primer movimiento del Agni Yoga. Dicho de otra forma, se nos plantea ahora a los seres humanos, la necesidad ineludible de focalizarnos en el Corazón. Si tomamos esto suficientemente en consideración, estamos empezando a practicar Agni Yoga. El Agni Yoga es un camino de consciencia, es decir, no es una actividad para ser realizada en un momento concreto y elegido para tal fin, es más bien la elección de permanecer en una actitud y estado de consciencia y atención u observación sostenida, que mantiene intencionadamente el foco en el aspecto Divino Interno; es decir, la práctica o la meditación Agni Yoga es una actitud sostenida de serena expectación (atenta y sostenida autoobservación) sobre quién soy, cómo me siento, qué pienso, cómo actúo, qué hago, qué debería hacer, cómo son mis circunstancias, cómo proceso lo que percibo, etc. Desde un punto de vista práctico, se trata de vivir en un estado de consciencia que observa y se autoobserva con atención el mayor tiempo posible, pero con una particularidad específica: calibrando y templando el aspecto mental, el cual constituye una valiosísima herramienta de nuestra condición humana, con el aspecto elevado y conectado de nuestro Corazón, en el cual reside nuestro Ser Espiritual, la Esencia Inmutable de quien Realmente Somos.
¿Y por qué necesitamos focalizarnos en el Corazón? Porque el Amor, aspecto relevante del Corazón, es el que nos permite observar más allá de toda valoración, de todo prejuicio, juicio y condena, y por lo tanto, es el aspecto que nos permite aceptar. Por su parte, la aceptación es un punto de apoyo absolutamente imprescindible para que se produzca la transformación y la evolución. Es el punto de palanca sin el cual no habrá movimiento ninguno de avance, en todo caso sólo podrá haber movimientos de retroceso. Por eso se dice que la doctrina del Agni Yoga es un estado de ser, un camino que focaliza la experiencia en el Centro del Ser para posibilitar la autoconciencia y expandir la armonía que de ella se deriva.
El Amor es aspecto relevante del Corazón que nos permite observarnos y observar más allá de todo juicio y valoración.
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