DSCF0290

Retrospectiva, artículo del 3 de abril del 2020

   Miro a mi alrededor y lo que veo en la mayoría de las personas es miedo, mucho miedo. Ya no sólo miedo a ser “atacad@s” por el virus “maligno”, a enfermar, a morir, sino también miedo al futuro inmediato, miedo a la escasez, a la precariedad económica, miedo a la situación social, miedo al miedo, miedo. Sentir miedo no es en sí mismo malo, el problema es que, talvez cuando tocaba hacerlo, no nos permitimos sentirlo, respirarlo e integrarlo en nuestra consciencia y cuando esto sucede reiteradamente, es mucho más fácil que el miedo crezca, se convierta en un monstruo y se apodere completamente de nuestra mente. Esta enorme y colectiva vibración de miedo, que se cierne sobre la sociedad como la gran sombra que es, es lo que nos hace verdaderamente vulnerables, debilita nuestro sistema inmune y nos predispone a un desequilibrio orgánico que convierte nuestros sistemas internos físico y psíquico en medios óptimos para disfunciones de todo tipo que propician que los patógenos proliferen y se desarrollen. Este miedo surge en buena medida del inmenso vacío que muchas personas tienen de sí mismas. Una buena parte de la humanidad vive en una desidia que nos aliena, nos sustrae la capacidad natural de discernir y discriminar, nos vuelve manipulables, nos automatiza e insensibiliza, alejándonos cada vez más de la dimensión espiritual de nuestro propio ser. Estamos tan lejos de nosotr@s mism@s, tan vací@s de nuestro propio ser, que cedemos nuestra vida pensante y sintiente a un sistema insensible que en el mejor de los casos nos arrastra a una vida insustancial, pudiendo llegar a matarnos, en casos más graves, mediante una “enfermedad” fulminante. Todas las situaciones, máxime las más difíciles, encierran una gran oportunidad. La Vida siempre tiende, en su infinita y magnánima bondad, a equilibrar todo lo que la mente humana desequilibra, y los movimientos compensatorios, a veces tan brucos y dolorosos, son directamente proporcionales a nuestra desestructura interna, sólo somos víctimas de nosotr@s mism@s y lo que nos está pidiendo la situación social que afecta al mundo entero es autoresponsabilidad. Se acerca la hora de la verdad para la humanidad toda, pues el desequilibrio que hemos creado ya no se sostiene más… No es mi intención crear más miedo, sino llamar la atención sobre la necesidad de conectar con la dimensión real de nuestro propio ser, con nuestra Esencia Primera y Última que es Amor, y que nos permite mirarnos a nosotr@s mism@s con honestidad y sin juicio, para descubrir cómo somos y quienes somos verdaderamente. Ese es el primer paso, y al perseverar con honestidad, lo demás se da por añadidura. Nos amo.

Comparte

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en print
Compartir en email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Contacto

Si quieres contactar conmigo por alguna razón y dejar algún comentario, puedes hacerlo rellenado este formulario. Estaré encantada de leerte y responder. Muchas gracias de antemano.