Es preciso partir de la idea de que lo que perciben nuestros sentidos es una ínfima parte de la realidad, y no sólo eso, muchas veces nuestra percepción no alcanza siquiera a la información objetiva de lo que está aconteciendo, sino a una interpretación falseada de ello. Dicho esto, estamos tan identificad@s con la realidad material y fenoménica -realidad que, si ya es ilusoria de por sí, es con mucha frecuencia falseada por las mentes maquiavélicas que dirigen el cotarro- que la mayoría de los seres humanos no saben o no se han planteado aún, que la causa detrás de la materia está más allá de los planos visibles.
Teniendo en cuenta que nuestra lucha y el énfasis de nuestro trabajo está aún puesto en el plano material, es una evidencia que no tomamos en cuenta la realidad metafísica que subyace en el proceso creativo de la propia realidad y de la realidad colectiva. El proceso evolutivo consciencial pasa por el hecho de despertar a los planos sutiles que conforman nuestra propia constitución orgánica y sistémica: así tenemos que por encima del físico y enumerados en orden ascendente, estos planos son: el energético, el emocional, el mental y el búdico (el primero de los planos espirituales del ser humano). Cuando comprendamos y tengamos en consideración que las causas de los fenómenos están en los planos superiores en relación al plano físico material, habremos dado un paso muy importante a favor de nuestra experiencia consciente. El siguiente paso será aprender a incidir en las causas relativas a los planos superiores con consciencia, reverencia y responsabilidad. Entonces nuestro poder creativo se armonizará y afinará. Cuando hablo de reverencia me refiero al hecho de una actitud de reconocimiento de nuestra propia Naturaleza Divina Espiritual que tiene todo que ver con la autoreferencia.
Es una cuestión de elección. Mientras esto no sucede, continuamos estando a merced de fuerzas externas que nos seguirán dirigiendo sin velar por nuestros propios intereses ni mucho menos por nuestro propio desarrollo de consciencia. Necesitamos sustraernos de semejante ingenuidad, de la ingenuidad de creer que las autoridades velan por nosotr@s, por nuestro bienestar en ningún sentido.
Hablando en términos generales, vivimos en un paradigma establecido de forma artificial que se ha creado prostituyendo y forzando las leyes naturales y universales. El problema es que las mentes individuales (seguimos hablando en términos generales) supeditadas a ese paradigma que se interpreta como la realidad, descodifican la información en función de las pautas establecidas por dicho paradigma. Se puede decir, que las personas que viven supeditadas al paradigma establecido viven hipnotizadas, literalmente sugestionadas, mucho más allá de lo sospechado. Es una realidad como un templo que vemos aquello que esperamos ver. Hay que ir más allá de la visión condicionada para empezar a ampliar nuestro campo de visión, no sólo en el sentido físico del término, sino también en el sentido metafísico.